martes, 20 de diciembre de 2011

"En el Ebro se han hundido las banderas italianas..."




Sí, esta es para mí la foto de Capa, la mejor, la que más me gusta (quizá no sea lo mismo una cosa que otra). Soldados republicanos avanzando cerca del río Segre, en Fraga, el 7 de noviembre de 1938. Esta escena resume para mí la Guerra Civil, no la Revolución, no la retaguardia, sino la guerra guerra. Más que resumir condensa, multiplica. Tenemos imágenes que contienen tanto discurso dentro... Qué añejo decir desde este ahora "pienso en mis abuelos." Qué añejo y tal vez qué recurrente, pero es lo que hay... La memoria de los hijos de los hijos de los que se montaron en el camión sin pensárselo dos veces. La memoria que no desaparece, que despierta con apenas un fogonazo: mirar esa foto, por ejemplo, o la escena de una película (una de Tierra y Libertad, claro, justo cuando cantan lo de que en el Ebro se han hundido las banderas italianas).

lunes, 12 de diciembre de 2011

Nace el Colectivo para el Estudio de la Historia Social de Jaén



Hace unos días leí en el periódico que se había formado el Colectivo para el Estudio de la Historia Social de Jaén. Inmediatamente me puse en contacto con ellos. Me interesa la historia de los de abajo, de las de abajo, y a este colectivo también (y mucho). Luego, para mi regocijo acabé por advertir (tras el correo electrónico pertinente) que este interesante colectivo había nacido por la iniciativa de algunos amigos; entre ellos Santiago Jaén, que hace poco dio una interesante charla para la CNT de Jaén, y entre ellas Matilde Peinado, una mujer que desde hace mucho tiempo invierte su poco tiempo libre en organizar charlas y jornadas cuyo objetivo es reconstruir la historia social de nuestra provincia. Les felicito y les animo a trabajar. Queda mucho por hacer y estamos pocos, pero nos sobran ganas y la vida no es tan corta como parece. Por supuesto que tr(a)nshistoria será su casa.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Miserable Ilustraición


Aquí se puede apreciar cómo la Ilustración, siendo un ideal de la humanidad, es de hecho un proyecto europeo con vocación universal. Europa sabe que ha descubierto la razón y la libertad y, dada la naturaleza universal de su descubrimiento, se propone como guía de la humanidad. Quien quiera progresar -y nada puede sustraerse a esa ley de la naturaleza humana- "recibirá de nosotros lo que nosostros tuvimos que descubrir", es decir, tendrá que seguir su camino.

El otro testimonio es de Marx y reza así:

Bakunin reprochará a los americanos una guerra de conquista que, desde luego, asesta un rudo golpe a su teoría fundada en"la justicia y la humanidad", pero que fue llevada [se refiere a la guerra] pura y sencillamente en interés de la civilización. O ¿es una desgracia que la espléndida California le fuera arrancada a los perezosos mexicanos que no sabían qué hacer con ella (1).

Marx reconoce que "el interés de la civilización" pone orden entre pueblos diferencialmente desarrollados, legitimando que se obligue al más retrasado a seguir los pasos del más desarrollado.

Son dos testimonios más que representativos de la interpretación de la Ilustración: por un lado, proyecto universalista con contenidos identificables positivamente, pero siempre un proyecto, eso sí, gestionado por Europa. Esa doble condición (universalidad y eurocentrismo) da pie a un tratamiento colonialista (antes se hablaba del "despotismo ilustrado") de la verdad y de la ética, lo que fatalmente conduce a una concepción igualmente colonialista -y por tanto particularista- de la universalidad.

(1) F. Kevy, Histoire d´un bourgeois allemand, París, Grasset, 1976, p. 154.

- De La herencia del olvido, Reyes Mate. Errata Naturae. Madrid: 2008.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Comunistas en la casa de Juan March


Para Sergio y el que escribe, buscar la sede de la Fundación Juan March, ubicada en el barrio de Salamanca de Madrid, fue algo parecido a una aventura contemplativa. Hace poco nos enteramos en una charla que durante el sitio de Madrid (del 37 al 39) no cayó ni una sola bomba en ese barrio. Se ve que la aviación nazi sabía bien quiénes vivían allí... Pocos quintacolumnistas murieron bajo las bombas. Pero no nos vayamos por las ramas... Si hablaba de que buscábamos la sede de la Fundación Juan March es porque queríamos ver una exposición sobre la vida y obra de Alexandr Deineka, un propagandista soviético, es decir, un agitador de conciencias y un bolchevique convencido. Y he aquí la más que evidente contradicción... Qué es lo que lleva a los mandamases de la Fundación Juan March a organizar una exposición que revisita el cambio operado en la Rusia de los zares tras la Revolución de Octubre. O peor, cómo puede organizarse esta exposición en la casa del mayor financiador del golpe de Estado de los furibundos anticomunistas Mola y Franco. Sergio y yo no nos lo explicamos muy bien, por eso lo dejaremos para otra entrada, tal vez en MineÁRTpolis, cuyo título podría ser Vidas y desventuras del gestor cultural de una fundación de ricachones. Se la dejo a mi compañero, al que le gustan este tipo de retos.


Por cierto, ¿la exposición? Id a verla, no os arrepentiréis.

P.D.: Y para rizar el rizo... Sabíais que institución conserva la biblioteca privada de Julio Cortázar. Efectivamente, la Fundación Juan March.

sábado, 29 de octubre de 2011

De la mano de Walter Benjamin (III)


Benjamin también entra en polémica con las filosofías de la historia que remiten al sinsentido del presente a un sentido futuro. Esas concepciones de la historia anuncian que todas las injusticias, atropellos y barbaridades de la historia acabarán reciclándose o metabolizándose en sentido histórico. El futuro y no el pasado, nos salvará.

El pensador alemán denucia esas teorías de la historia por ideologías del progreso y las rechaza en base a dos razones. La primera, por confundir arteramente progreso técnico con progreso moral. Con el primero hemos conseguido el dominio de la naturaleza y de paso, también, del hombre. Benjamin rescató con la paciencia de un coleccionista los sueños de emancipación que el hombre asoció a la llegada de la moderna técnica. El siglo XIX se creyó el sueño de Leonardo da Vinci, es decir, que los aviones vendrían de los Alpes con nieve para aliviar a los romanos de su ferragosto, pero lo que de hecho ha ocurrido es que los aviones han llenado las trincheras de sangre. La segunda crítica se dirige al carácter inagotable, perfectible e invencible del progreso: inagotable porque el tiempo y los recursos de la naturaleza y del hombre son infinitos; perfectible, porque la evolución del mundo y del hombre va siempre a mejor, como bien demuestra el darwinismo social; e imbatible porque el hombre y la sociedad funcionan como la naturaleza, con leyes contra las que es mejor no luchar. Una de las consecuencias más mefastas de esta creencia en la perfectividad del hombre y del mundo, es la pereza. Cuenta Kafka en La muralla china que los constructores de la Torre de Babel de hecho nunca pusieron la primera piedra. Como tenían todo el tiempo del mundo por delante, no se molestaron en comenzar la obra.

- De La herencia del olvido, Reyes Mate. Errata Naturae. Madrid: 2008. Premio Nacional de Ensayo 2009.

lunes, 24 de octubre de 2011

De la mano de Walter Benjamin (II)


Rosenzweig muere en 1929, cuatro años antes de que los nazis ganen las elecciones [...] Un lector atento de Rosenzweig, Walter Benjamin, va a adentrarse por las vías críticas abiertas por aquél, persiguiendo los rastros de esa violencia política.

La violencia política no la sitúa Benjamin tanto en la totalidad subyacente al pensamiento occidental, cuanto en la insignificancia de lo singular para ese mismo conocimiento. Es como si sólo supiéramos pensar a lo grande: en vez de pensar al hombre real construimos un sujeto trascendental -la humanidad- que sería el sujeto de los derechos humanos, por ejemplo. Ahora bien, si aceptamos como doctrina indiscutible la existencia de los derechos humanos, mientras en la realidad de los hombres concretos brilla por su ausencia, será porque para la verdad de esa doctrina lo importante es el sujeto trascendental y no los sujetos reales. Esto quiere decir que para esa doctrina o, mejor, para la filosofía que segrega este tipo de doctrinas, la realidad concreta es in-significante, por eso puede la humanidad gozar de buena salud aunque los hombres de carne y hueso estén en las últimas. El peligro de este tipo de construcciones teóricas es que pueden justificar cualquier proyecto que apunte muy alto, aunque tenga un severo costo humano y social, porque lo concreto, al carecer de significación teórica, ni valida ni invalida al proyecto general.

- De La herencia del olvido, Reyes Mate. Errata Naturae. Madrid: 2008. Premio Nacional de ensayo 2009.

sábado, 22 de octubre de 2011

De la mano de Walter Benjamin (I)


La teoría socialdemócrata, y todavía más su praxis, ha sido determinada por un concepto de progreso que no se atiene a la realidad, sino que tiene pretensiones dogmáticas. El progreso, tal y como se perfilaba en las cabezas de la socialdemocracia, fue un progreso en primer lugar de la humanidad misma (no sólo de sus destrezas y conocimientos). En segundo lugar era un progreso inconcluible (en correspondencia con la infinita perfectibilidad humana). Pasaba por ser, en tercer lugar, esencialmente incesante (recorriendo por su propia virtud una órbita recta o en forma de espiral). Todos estos predicados son controvertibles y en cada uno de ellos podría iniciarse la crítica. Pero si ésta quiere ser rigurosa, deberá buscar por detrás de todos esos predicados y dirigirse a algo que le es común. La representación de un progreso del género humano en la historia es inseparable de la representación de la prosecución de ésta a lo largo de un tiempo homogéneo y vacío. La crítica a la representación de dicha prosecución deberá constituir la base de la crítica a tal representación del progreso.

Tesis de filosofía de la historia, Walter Benjamin

sábado, 1 de octubre de 2011

Historia natural de la urbanización, de Lewis Mumford


La ciudad se ha convertido para muchos de nosotros en un ecosistema. Sin alejarnos de la idea de los hábitats que crean las hormigas o las abejas, la relación entre las colmenas humanas y el entorno natural o “no urbanizado” ha cambiado a lo largo de la historia tendiendo a un desequilibrio muy grave. Si bien es cierto que el tamaño de las ciudades no ha crecido con esa idea progresiva sino que ha habido contracciones y expansiones a lo largo de la historia, si ha aumentado de manera exponencial el grado en el que las ciudades esquilman la tierra y las contradicciones humanas derivadas de la compatibilización entre industria y hábitat. La ciudad es un símbolo en sí mismo, es la civilización frente a lo peligroso del exterior. Una ciudad amurallada no es sólo una defensa frente al ataque enemigo, sino también es un mensaje que marca el limes entre lo ordenado para el hombre, así como un sistema de control político y propaganda análogo a la moneda. Este equilibrio entre ciudad y naturaleza es lo que analiza Mumford en Historia Natural de la Urbanización.

El asentamiento humano en comunidad viene acompañado de la tecnología. Desde el Neolítico (el Mesolítico para algunas zonas de la zona occidental de lo que después será Mesopotamia) el ser humano se hace sedentario y busca una cooperación mayor creando el poblado, una forma ancestral de ciudad. Pero antes que los poblados, podríamos tener en cuenta la costumbre de recurrir a las cavernas para asambleas y reuniones colectivas para la celebración de ceremonias mágicas y que nos deben parecer muy lejanas.

Según Mumford, este primer período cooperativista no presenta propiedad privada, sin embargo, el excedente y la especialización del trabajo lleva al surgimiento de la ciudad. Desde un primer momento podríamos decir que el ser humano otorgaba una contraprestación a la tierra en forma de desechos, tanto propios como consumidos, que fertilizaban el suelo, pero las distancias entre los contactos crecen. Unido a lo anterior, la aparición, de la metalurgia además de crear nuevos intereses en ciertos grupos dentro de las comunidades cuya consecuencia es la propiedad privada y la violencia favorece que la ciudad crezca mediante el drenaje de sur recursos y la mano de obra desde el campo sin que se le devolviera ninguna riqueza equivalente a la tomada. Las ciudades en su interior guardan también espacios agrarios por razones utilitarias, por ejemplo, para abastecerse en caso de asedio. Sin embargo, estos espacios se van a ir reduciendo paulatinamente. Todavía en el Renacimiento los encontramos, por la razón anteriormente mencionada y también por el retroceso urbano que se experimenta durante el Medievo.

Hasta la llegada de la Revolución Industrial en el siglo XIX, Mumford demuestra que, a excepción de algunas ciudades como Roma, la mayoría de poblaciones se han abastecido de su entorno inmediato hasta el siglo XIX. La Revolución Industrial cambia el paisaje, el aumento demográfico mundial que se ha ido acumulando a lo largo de los siglos se concentra en las ciudades y a partir del siglo XVII ya tenemos poblaciones de más de 100.000 habitantes. El paso de la “Edad de las Herramientas” a la “Edad de las Máquinas”, es el fin de los límites productivos y demográficos (mayor rapidez en los transportes, mayor potencia en los agentes de fuerza… pero también, mejora en la alimentación o la inutilidad de los recintos amurallados). A partir de ahí comienza el proceso imparable de expansión a las periferias y la aglomeración suburbana, la despoblación del centro, el derroche en el consumo de energía y productos, el abandono del sector primario, la polución…

En definitiva, con todo esto puesto encima de la mesa, Mumford hace un análisis muy completo, sin necesidad de muchos datos y estadísticas, tan sólo las necesarias para que sea una lectura amena. Es un texto de mediados del siglo XX, no es el escrito de un visionario, sino de un moderno. Aún reconociendo que soy un urbanita, este libro te coloca en deuda con la naturaleza y te hace plantearte si realmente como seres humanos es necesaria la ciudad, en el sentido filosófico del término.

- Una colaboración de Sergio Ramiro Ramírez (Licenciado en Historia del Arte, trabaja especialmente la relación entre poder y mecenazgo durante la Edad Moderna) para tr(a)nshistoria - historia disidente y periférica.

sábado, 24 de septiembre de 2011

La cocina del hambre se va a zampar mi blog


Tr(a)nshistoria, mi particular historia disidente y periférica, es muy de fin de semana medianamente libre. Y la verdad es que se está convirtiendo en un blog de historia menos periférica de lo que yo esperaba, entre otras cosas porque siempre ando metido entre papeles viejos de aquí y no de allá, papeles llenos de polvo que se te mente entre la ropa y pica una barbaridad. Por eso este blog, lo que se cuenta en él, está condicionado ya no solo por las lecturas azarosas que recalan en mis manos sino por mi propio trabajo. Precisamente de algo relacionado con el mismo quería hablaros hoy. Hace poco cayó en mis manos una cartilla de racionamiento de las que se expedían en la posguerra española. Era uno de los instrumentos básicos para el control del abasto público durante los años de la llamada autarquía econónima, concretamente los primeros años del franquismo. A partir de ahí me planteé la idea de escribir algo y el título fue lo primero que apareció: La cocina del hambre: Jaén durante la posguerra inmediata (1939-1945).

El artículo, que espero colgar algún día aquí después de que sea leído como comunicación en unas jornadas, se centrará en las consecuencias que el hambre tuvo en la población giennense. Consecuencias, sí, porque el trabajo histórico sobre las causas del mismo (autarquía, estraperlismo, estancamiento de la producción agraria, sistema de control social) está muy desarrollado y me interesa menos. También utilizaremos entrevistas a los que entonces eran niños de posguerra y algunos artículos más que interesantes elaborados desde la perspectiva de la antropología de la alimentación. Si no sabéis de qué demonios estoy hablando cuando hablo de antropología de la alimentación, aquí tenéis un adelanto: Bueno para comer, bueno para pensar. ¡Buen provecho!

jueves, 15 de septiembre de 2011

Mi pequeño tesorillo documental

Pincha en la imagen para ampliarla

El topo soviético
se ha dejado en mi lápiz óptico un montón de fotos del Archivo Histórico del PCE. Fotos de congresos, mítines y manifestaciones, pero también de recortes de periódicos históricos de las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Incluso hay algo de la CNT y la FIJL. Se supone que parte de este material lo utilizará para la realización de un video que conmemore el noventa aniversario de la UJCE, las juventudes comunistas. Las fotos son muy chulas, sobre todo las de la Guerra Civil. Las de los setenta también están bastante bien, aunque los jóvenes carrillistas tienen bastante menos encanto que las jovenzuelas ultramilitantes de la antigua JSU. Por ejemplo, me encanta esta foto que he colgado hoy. Sus caras me resultan muy contemporáneas, como de hoy mismo. Fijaos en la joven comunista de gafas. El caso es que espero aprovechar este tesorillo documental para hacer alguna entrada en condiciones o incluso algún artículo. Todo se andará. ¡Mucha suerte con el video!

sábado, 10 de septiembre de 2011

Mi universidad es más rara que un perro verde



Estudio Antropología Social y Cultural en la UNED. La UNED es mi universidad. La UNED es una universidad muy rara. A veces funciona como el culo pero otras veces me sorprende su atrevimiento, a veces diría incluso que su valentía. La UNED produce breves documentales como este que os presento hoy: un documental bastante objetivo sobre el Movimiento 15M. Un documental que empieza con un temazo que en su día fue incluido en la banda sonora original de Spaw, una mierda de película que tiene, sin embargo, una BSO de aúpa. Y luego, entre otros expertos algo más descafeinados, aparece José Luis Velasco, antiguo secretario general de la CNT, economista y anarquista de la FAI. ¿Sabrán los de la UNED de qué palo va Velasco? Supongo que sí; como os decía al prencipio, la UNED es una universidad rara y a veces sorprendente, un poco perro verde. Quizá tenga que ver con su alumnado.

sábado, 27 de agosto de 2011

Más sobre Otto Dix


Dix es un artista variopinto. No es exclusivamente un "denunciante social" ni un "pluralista de estilo", cuyo arte vive sólo de citas. Es más bien un aventurero crónico y un cronista gráfico de su tiempo. No se trataba para él de acercarse a un ideal absoluto, ya que fue siempre un espíritu escéptico. Se trataba de hacer visibles procesos vitales. Y también, aunque a primera vista no lo parezca, de representar la belleza que él encontraba en la variedad del mundo, y el "ansia de vivir" relacionada con esa belleza. Al igual que sus modelos, los pintores del siglo XVI, Dix fue en sus "mejores" años, los años veinte, un constructor de su motivo, que ordenaba el material de sus percepciones según principios estrictamente tectónicos. Dix reflejó el mundo como teatro, como asunto grotesco. Pero la forma elegida para ello se remitía al canon clásico de belleza. Dix vivió su vida y estuvo al servicio del arte, ya que también para él valía la antigua regla que expresó implacablemente el pintor norteamericano Ad Reinhardt: "Vida es vida, arte es arte".

-Dix, de Eva Karcher, Taschen (página 208).

viernes, 26 de agosto de 2011

Dix y Goya: ¿una mirada común?



Un hilo invisible recorre el camino que va de Goya a Otto Dix. Sus biografías son hasta cierto punto semejantes. Salvando las distancias, podemos decir que ambos son pintores comprometidos, antes que nada, con su propia libertad interior. Creo que ninguno de los dos se rebajó a ser gregario. También parece que ambos vivieron con una intensidad envidiable. Apenas si los conozco en profundidad, pero es grato comprobar que existe más de un paralelismo en los itinerarios existenciales de estos dos artistas, a los que admiro desde hace tiempo. También hay evidentes semejanzas entre algunas de sus obras. Os presento, por ejemplo, la existente entre Los fusilamientos del 3 de mayo y Combate en la calle, un cuadro requisado por los nazis por considerarlo "degenerado" y que fue destruido en 1954. Una obra, esta última de la que os hablo, que muestra un episodio de la guerra civil desatada en Alemania tras la revolución consejista. Seguiremos investigando.

domingo, 31 de julio de 2011

Sobre los lacandones: morir antes que perder la identidad

He encontrado esta historia, la de los lacandones, en un viejo libro de antropología expurgado del fondo de la Biblioteca Provincial. El título ya lo dice todo: Los últimos primitivos, de Folco Quilici. Las negritas son mías.

"No es menos cierto, por otra parte, que el rechazo y la soledad resultan insuficientes para garantizar la supervivencia. Antes bien, el aislamiento como último refugio constituye una terrible arma de autodestrucción. Los lacandones, últimos descendientes de los mayas, viven escondidos en la impenetrable maleza de la selva centroamericana, donde los bejucos se alteran con los caobos y el chicle, donde torrentes impetuosos interrumpen todos los caminos a quienes no conocen los vados, y los senderos son resbaladizos e impenetrables. La finalidad de su existencia parece consistir en mantener vivo el recuerdo de los lejanos antepasados mayas. Rechazada la conversión, no hay misioneros junto a ellos, y persisten en su culto de los dioses de la jungla, realizan peregrinaciones a los antiguos templos semisepultados, y celebran casi cada día, en sus míseros poblados de hojas, solemnidades tradicionales que en otro tiempo festejaban de manera grandiosa. Huyendo de todo contacto, los lacandones, de carácter apacible y con el rostro prematuramente cubierto de arrugas, pagan su libertad con una existencia dura y triste, siempre luchando por obtener medios de subsistencia. El exilio en la selva ecuatorial significa aceptar la condena de la extinción, pero, por otra parte, los lacandones saben bien que la civilización de los blancos es sinónimo de dolor, opresión, muerte y engaños. Por eso ellos, como tantos otros grupos de primitivos de los bosques tropicales de Sud y Centroamérica, no quieren tener más contactos con el mundo civilizado que avanza. Parecen preferir la muerte a una existencia de compromiso".

lunes, 25 de julio de 2011

Tierra de España y el falso hispanista John Cross



Una cosa me lleva a otra. Interrogatorios, de Dashiell Hammett me conduce a The Spanish Earth. Se abre el libro con un prólogo de los editores principiado así: Hagamos que esta historia comience el 8 de julio de 1937. En la Casa Blanca. El cineasta Joris Ivens y el escritor Ernest Hemingway, que acaban de realizar conjuntamente la película The Spanish Earth, están invitados a cenar esa noche con el presidente Roosevelt y su señora. Tras los postres y acompañados por las primeras copas y los habanos, los cuatro asisten a un pase privado del filme, que aborda con una lucidez y belleza singulares el conflicto de la Guerra Civil Española y la lucha republicana por la democracia. Efectivamente, quedaos con lo anterior. Plagiamos un poquito e insistimos, sí, The Spanish Earth, Tierra de España, es una película que aborda con una lucidez y belleza singular el conflicto de la Guerra Civil. Era necesario repetirlo. Es lo más importante de la entrada y lo que os llevará a ver el documental... Lo demás es literatura, autoficción en suma.

Viendo esta película, que desconocía a pesar de todo, me he pensado como un joven hispanista. Una vez más, he sentido el extrañamiento que me provocan las imágenes de los frentes. Recuerdo a un joven de apenas quince años que entra en una librería para gastarse todos sus ahorros en una cara edición de El laberinto español. Recuerdo a un joven de dieciséis años que recorre las laderas del Cerro del Cabezo buscando las marcas del asedio. Recuerdo a un joven de poco más de veinte años buscando los posos de la memoria de los muertos al otro lado del charco, en México lindo, ese corajudo país que no nos quiso dejar solos, y que pagó por ello. Claro que sí. Recuerdo a ese joven y pienso que podría haberse llamado, por ejemplo, John Cross, y ser de Glaswog. Y entonces, como no, después de ver esta película, me lo imagino rastreando los restos todavía existentes de la Batalla de la Ciudad Universitaria, los edificios que defendieron las Brigadas Internacionales y aquellos cuyo suelo protegieron los milicianos anarquistas desplazados desde Aragón.

Facultad de Filosofía durante la Batalla de la Ciudad Universitaria

Hace 75 años ya de esa batalla y del resto de batallas reflejadas en el documental de Ivens, pero el hispanista, sabedor del peso de la memoria en la construcción de la identidad, se sigue emocionando cuando, de nuevo una vez más, ve la imagen de los milianos avanzando, sus figuras recortadas contra el sol, y piensa -ya no como ese falso hispanista del que hablo sino como el joven que cree ser- en la madre de todas las derrotas, aquella certificada por Franco el 1 de abril de 1939. Una derrota que atraviesa como una espina medular la construcción identitaria, consciente e inconsciente, de varias generaciones de hombres y mujeres de izquierdas, traicionados por los suyos muchas veces, que al día de hoy siguen exigiendo una tierra nueva, un hogar al refugio de las bestias, libre de barbarie. Hombres y mujeres, ya digo, hechos de la pasta de los que yacen todavía sepultados en las fosas. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos, de pie sobre la tierra. Echados a la vida a pelear con la certeza de que serán derrotados, y a pesar de todo, caminan sin temor y son justos, y felices.

martes, 12 de julio de 2011

El silencio del Vaticano ante el Holocausto



Kurt Gerstein era un destacado miembro de las exclusivas fuerzas de la "SS", bajo las órdenes de Adolfo Hitler durante la Segunda Guerra mundial. Al descubrir que el gas Ziklon B, que debía emplearse para tratar el agua de los soldados, es usado para matar a miles de judíos en campos de concentración, queda horrorizado por el devastador descubrimiento y busca por todos los medios denunciar este atroz hecho ante su iglesia y el consulado sueco. Al no encontrar apoyo buscará entrevistarse con la alta jeraquía católica en el Vaticano. En su lucha por dar a conocer este terrible hecho, será apoyado únicamente por un jesuita llamado Ricardo quien desafiando todos los preceptos religiosos, insiste en dar a Kurt una oportunidad para hablar. "Amén" pone en tela de juicio la indiferencia de todos aquellos que sabían lo que estaba pasando y decidieron callarse.

-El texto viene de youtube.

jueves, 7 de julio de 2011

Qué queréis que os diga...



Ya lo sé... Llama a lo irracional, su discurso agita algo dentro, como si un gato nos arrañase las tripas. No es solo por su voz... Es por el piano de Robert Glasper y porque no somos de piedra. Claro que sí, a veces diría yo también soy negro, pero no... Now it´s the time. Otra vez, la madeja de la historia con mayúsculas rueda, una vez más, junto a nosotros por el camino una y mil veces transitado por los valientes. Claro que sí. No olvidar. No olvidar. No olvidar. La memoria como salvoconducto.

sábado, 2 de julio de 2011

Una luz dura, sin compasión


Así encabeza la exposición temporal del Reina Sofía. Una luz dura, sin compasión. El movimiento de la fotografía obrera, 1926-1939. Si tenéis la suerte, diga lo que diga El topo soviético, de vivir en Madrid, os aconsejo que os paséis un domingo tempranito por el museo, que es gratis y tampoco hay tanta gente, para echarle un ojo a esta maravilla. Os encontraréis una exposición bestial, al menos para los que os gusta tr(a)nshistoria. Un recorrido exhaustivo por el movimiento de la fotografía obrera.

Nos encontraremos con obras de Sergei Tretyakov, David Seymour, Robert Capa, Paul Strand, Tina Modotti, Walter Ballhause o Max Alper, y una serie de audiovisuales que ponen la piel de punta. Grabaciones soviéticas sobre la resistencia de Madrid ante el avance del ejército franquista, películas de propaganda estalinista, documentales sobre la lucha contra el paro obrero en los Estados Unidos posteriores al crack del 29 o sobre la firma del acuerdo constituyente del pacto del Frente Popular francés. Una pasada.

Y aprendemos, claro que aprendemos, porque la exposición también es didáctica. Por un lado, tomamos conciencia del peso de la propaganda en la lucha de los movimientos sociales izquierdistas del periodo de entreguerras y, por otro, atisbamos la evolución y variantes del movimiento de la fotografía obrera según la época o los países. También concoceremos la intrahistoria, sin duda conflictiva, de la fotografía obrera soviética, que tuvo que hacer frente a la censura estalinista (empeñada en controlar la producción fotográfica del movimiento para que solo reflejara los logros de la revolución y no sus sombras).

Lo dicho, no os la perdáis.

jueves, 16 de junio de 2011

Acto homenaje en memoria de la Revolución Social


"Quedan abolidas las más mínimas sombras de la explotación del hombre por el hombre; y como consecuencia de esto, toda clase de arrendamiento, de aparcería o de salario. Esta medida alcanzará a todos los vecinos del pueblo, cualquiera que sea su condición".

Artículo 9 de la Colectividad de Pina del Ebro

El sábado estamos de fiesta, aunque curiosamente sea para recordar. Anarcosindicalistas y anarquistas, hijos del pueblo, presentes en el cementerio de Montjuic para asistir a la inauguración del monumento a los trabajadores muertos en defensa de la Revolución Social, los asesinados por el fascismo hace 75 años. Una fiesta, decimos, y que duda cabe de que lo es para los que después de tanto tiempo honramos la memoria de tantos y tantos hombres y mujeres.

El sábado rendiremos nuestro homenaje a los que nunca perdieron la dignidad. Su memoria nos pertenece y debe estar siempre en la base de nuestra lucha cotidiana. Aquellos hombres cambiaron la faz del mundo. Hicieron posible un sistema social radicalmente igualitario, pero en completa libertad. La palabra anarquía tomó forma y dejó de ser una idea utópica.

Muchos años antes, las vidas de otros tantos justos habían sembrado el camino de la Revolución Social. Pienso, por ejemplo, en los anarquistas andaluces torturados tras las insurrecciones campesinas de Loja, Utrera, Jerez... En aquellos que murieron ajusticiados tras el complot de La mano negra. Y luego en las mujeres que se tiraron a las calles durante la Semana Trágica o en los que murieron bajo las balas de los pistoleros de la patronal. Imagino las miles de historias que se esconden detrás de la represión desatada tras la Revolución de Asturias y, por último, sí, recuerdo a todos aquellos y aquellas mujeres libres que perdieron la vida haciendo realidad la Idea.

El sábado celebramos la memoria de los justos, pero también el presente de los que no se cansan. El presente de los miles de hombres y mujeres que en todo el mundo recogen el testigo de los que lo quisieron todo y lo pagaron caro. Después de tanto tiempo, la CNT homenajea en justicia a los que nunca se fueron. Allí nos veremos.

¡Viva la Revolución Social!
¡Viva el Comunismo Libertario!

martes, 14 de junio de 2011

Contrahistoria, papeles contra el oficialismo y el pensamiento único


También aquí, en la trinchera de la historia, se alegra uno de no saberse solo... Hace poco pude leer una entrevista a un colectivo que realiza una revista llamada Contrahistoria. El subtítulo de la misma es Papeles contra el oficialismo y el pensamiento único. Mi compañero Moli, con quien semanalmente intercambio referencias y recomendaciones, me comentó que iba a intentar conseguir la revista. Hace una semana nos vimos y resulta que apareció con los dos primeros número de Contrahistoria bajo el brazo. El primero de ellos lo acabo de terminar hace un minuto. Moli, mil gracias.

La revista de que os hablo está formada por un colectivo de anónimos historiadores que han levantado un proyecto interesante de cabo a rabo. La propuesta es valiente: hacer historia antagonista, completar los interesados silencios de los grandes relatos generados en las cátedras universitarias (generalmente ocupadas por liberales o neomarxistas) y hacer una publicación de calidad a nivel editorial. Los temas son más que interesantes y el tratamiento ameno, serio y a la vez divulgativo. Qué duda cabe de que ha sido toda una alegría saber de su existencia, leer esta magnífica revista y pensar, una vez más, que no está todo perdido.

Esta es su web: pincha.

lunes, 6 de junio de 2011

El naturismo libertario en la Penísula Ibérica (1890-1939)

El estudio del naturismo libertario es más complejo que el del resto de corrientes, pues, se da tanto en el movimiento anarquista como en el propiamente naturista, por eso es necesario analizar las diferentes perspectivas de relación entre las dos corrientes de pensamiento y, a la vez, hablar de Reclus y de Tolstoi precursores, ambos, de lo que poco después se denomina naturismo libertario. Eliseo Reclus (1830-1905), geógrafo y teórico del anarquismo, es muy influyente en el movimiento ibérico por la rapidez con que son traducidas sus obras, tal como ocurre con su gran estudio de geografía social El Hombre y la Tierra (1905-1908), material didáctico en la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia. En el volumen VI de este estudio se encuentran elementos de los cuales se nutre el naturismo libertario, Reclus, vegetariano, defiende, como un gran acontecimiento revolucionario, recuperar el derecho de los antiguos griegos a ir desnudos a la luz del sol, pasando a ser la ropa una cuestión exclusivamente climatológica. Si fuese necesario recomendar una obra del sabio geógrafo, breve, bella y didáctica de la interrelación entre naturaleza y sociedad sería, sin duda, El arroyo (1864).

También es pronto conocido en la Península, el escritor, pedagogo y revolucionario ruso León Tolstoi (1828-1910), promotor de un anarquismo basado en el mensaje social de la palabra de Cristo una vez desprovisto de todo aspecto religioso. Tolstoi, vegetariano y esperantista como Reclus, escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amandonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos.

A pesar de que no lo parezca, el naturismo y el anarquismo ibérico tienen los mismos puntos básicos en común: la idea de un orden natural del cual nos aleja el artificialismo, razón de la necesidad de retornar desde el individuo. Sin embargo esto no es motivo para que no se den más interpretaciones, pues, también, por ejemplo, se puede considerar un retorno a la sociedad natural -naturaleza- la insurrección para la instauración del comunismo libertario. Otra visión que no pasa por el naturismo libertario, así como, tampoco, guarda una relación necesariamente directa con él son las prácticas de los primeros anarquistas de la segunda mitad del siglo XIX, motivadas, quizás, por querer dar ejemplo de austeridad y de higiene social al no comer carne o no beber vino ni jugarse el sueldo a las cartas.

-Texto extraído de El naturalismo libertario en la Península Ibérica (189-1939), de Josep María Roselló. Disponible pinchando aquí.

lunes, 23 de mayo de 2011

The Spanish Revolution (75 aniversario)


Hace 75 años, tirados en la calle contra el levantamiento de los militares sublevados contra la II República, los trabajadores y trabajadoras del Estado español iniciaron un proceso revolucionario que, contra viento y marea, fue capaz de cambiar de cabo a rabo las bases económicas, políticas y culturales sobre las que se levantaba la sociedad de la época. En las provincias donde se logró frenar el golpe de Estado, especialmente en Cataluña, el proceso revolucionario conllevó la ocupación y autogestión de miles de fábricas, talleres, campos, etc. Los aparatos de poder político ligados al Estado fueron desbordados por las asambleas y organismos de gestión de los sindicatos. La CNT, cuya militancia (la más numerosa entre las organizaciones obreras del Estado) venía preparándose para el momento durante años, trabajó para que la revolución social estuviera en la base del espíritu combativo de los obreros desplazados a los frentes, pues solo un proyecto societario radicalmente enfrentado al liberal-burgués representado por el republicanismo podría mantener el ánimo de un pueblo que aspiraba a ganar la guerra para ganar la revolución social. Un proyecto de autogestión económica y política que se desenvolvió en un contexto evidentemente hostil, pues a los condicionantes impuestos por la coyuntura de la guerra (esfuerzo bélico, sangría de recursos humanos, bombardeos, quintacolumnismo, etc.) se le sumó la oposición más que manifiesta a dicho proyecto revolucionario de todos los sectores políticos del bando republicano (excepto el POUM, cuyos militantes sufrieron el mayor proceso represivo llevado por el estalinismo fuera de las fronteras de la Unión Soviética).

Poco sabe la mayoría de la gente de esa revolución... Los cuarenta años de dictadura, la pérdida de peso político del movimiento libertario en el Estado español y el desembarco en las cátedras de Historia de las universidades de la historiografía marxista (que bien se ha encargado de borrar la memoria de esta Revolución sin líderes ni vanguardias) lograron que la Revolución española, estudiada en medio mundo como paradigma del modelo social del anarquismo, haya desaparecido de la memoria colectiva de la ciudadanía.

Aquí estamos nosotros para recordarlo.

lunes, 9 de mayo de 2011

El cine libertario




Al estallar la guerra civil española en julio de 1936, el sindicato anarquista CNT socializó la industria del cine en España. En Madrid y Barcelona los trabajadores del cine asumieron, a través del sindicato, los bienes de producción y se produjeron numerosas películas. Esto dio lugar a un período único que no se ha vuelto a producir en ninguna otra cinematografía mundial. Pese a que el país estaba sumido en una cruenta guerra, entre 1936 y 1938 se rodaron y estrenaron películas de muy variada temática: dramas sociales, comedias musicales, filmes de denuncia y documentales bélicos. Todas ellas componen un variado mosaico que da lugar a uno de los momentos más insólitos y originales de la cinematografía española. A través de la opinión de distintos expertos, así como del testimonio del director de fotografía y restaurador español, Juan Mariné, el documental recorre cada una de las producciones que constituyen un legado excepcional de la cinematografía española. Fue un periodo muy efímero durante el cual los guionistas, los directores, los técnicos y los actores españoles demostraron una de las máximas del mundo del espectáculo: pese a los bombardeos, el hambre y el drama de la guerra, el espectáculo debía continuar, y continuó.

-El texto viene directamente de aquí.

lunes, 18 de abril de 2011

Europa, ese tablero de ajedrez convertido en Monopoly


No, definitivamente no tengo ni la más remota idea de dónde saqué esta imagen. Recuerdo que era de un blog de historia militar, pero no estoy seguro. Creo que aparecía en una revista alemana del periodo de entreguerras (1919-1939), aunque tampoco puedo asegurarlo. De todas formas, me interesa hablar de ese mapa, sí, porque muestra las dimensiones de los ejércitos de las naciones europeas en un momento en el que todo podía estallar por los aires...

Efectivamente, el 1 de septiembre de 1939, apenas medio año después de que acabara la Guerra Civil, las divisiones alemanas penetraron a todo tren en Polonía. 1 de septiembre de 1939: la camarilla nazi decidió prenderle fuego al mundo. A partir de ese día los soldaditos del mapa que tenéis arriba empezaron a moverse. El muñecote francés se las comió todas, los rusos, haciendo de las suyas en el este de Polonia, recularon noqueados arrasándolo todo (táctica de tierra quemada). Los británicos se emplearon a fondo en el aire y en el mar. Los italianos, crecidos como nadie, se llevaron tantos palos como en España, donde quedaron como unos mierdas. En fin, un baile de movimientos tras el que pronto empezaron a morir miles de personas, la mayoría inocentes.

Fuego, destrucción, intolerancia, nacionalismo, muerte. Al fin y al cabo, la vieja historia de la más que vieja Europa. Pero quién iba a decir que en esta tierra de locos íbamos a vivir más de cincuenta años de paz... Yo no lo sé. Tuvieron los capitalistas y mercaderes que olvidarse de las tierras de fortuna para hacerlo posible. Hubieron de sentarse sobre la misma mesa los que siempre tuvieron la sartén por el mango para inventar la fórmula que les hiciese maximizar beneficios sin belicismos de por medio. Paz, sí, pero a costa de qué, sin duda alguna de una mutación de la guerra contra el pobre. Ahora, toda vez que el escenario soviético se ha venido abajo, las burguesías occidentales saben que no hace falta convidar a los de abajo para que no se insubordinen. Si ya no hay revolución a que aspirar, si ya no hay enemigo detrás de esa línea roja, la cosa es más fácil. El neoliberalismo, que duda cabe, se planteaba como un jugoso futurible para todos aquellos que se repartieron el pastel de acero y carbón.

martes, 29 de marzo de 2011

Documento postparto: Documentación V, de Mary Kelly


Para esta serie de documentos, Kelly ha conservado, como si fuera un ejemplar científico, una mariposa encontrada por su hijo de 4 años. Junto a ella, ha registrado la fecha en la que el hijo le preguntó de dónde vienen los niños y una transcripción de la conversación. Ha añadido un esquema de la vagina y un índice de palabras relacionadas con el embarazo. El conjunto forma parte de la serie Documento postparto, un innovador y sumamente polémico proyecto que duró de 1973 a 1979, en el que exploró su relación con su hijo. Consta de seis secciones, en las que detalla las fases más importantes del desarrollo del niño. El tema de esta serie en forma de diario es la experiencia de la maternidad en relación con las presiones del trabajo, y habla con sinceridad de los altibajos emocionales de ver crecer a un hijo. La obra de Kelly entra de lleno en el discurso feminista de los años 70. Como profesora y escritora, ha participado en importantes debates sobre representación psicoanalítica y fotográfica.


- De El ABC del arte del siglo XX (Phaidon).

domingo, 27 de febrero de 2011

Arte y música degenerados


Los nazis iban a por todas. Y a por todos también. 1933 será recordado como el año en el que comenzó la mayor persecución del siglo XX. Estamos en Alemania. Casi nadie se escapaba. La propaganda del Partido Nazi ponía en el punto de mira a todos aquellos que pudieran suponer un obstáculo para los planes totalitarios del fascismo alemán. Comunistas, anarquistas, socialdemócratas... Judíos, negros, gitanos... Y también artistas y músicos.

Arte degenerado, así es como los jerarcas del nazismo llamaron a la producción cultural de los expresionistas. Tristemente famosa fue la exposición en la que mostraron el trabajo de un buen número de artistas de vanguardia. Pintores, escultores, arquitectos que fueron defenestrados sin remedio, algunos perseguidos hasta la muerte. Totalistarismo contra la expresión artística, pero también contra el arte como motor de cambio. Fueron los nazis los que le dieron el tiro en la nuca a la Bauhaus.


Arte degenerado y música degenerada. En el contexto de los años treinta, miles de jóvenes alemanes empezaron a amar el jazz, esa música que los nazis consideraron maldita, propia de salvajes, enemiga del espíritu sublime de los arios. Cientos de "chicos swing" fueron internados en campos de concentración. Las salas de baile fueron cerradas y los músicos de jazz tuvieron que exiliarse. Alemania, hasta entonces un país que había ayudado a la penetración de la música negra en Europa, se blindó contra la entrada de discos de jazz. Este último proceso persecutorio lo podemos reconstruir a través de la película Los rebeldes del swing.

martes, 8 de febrero de 2011

El ojo de la guerra: visiones de clase

Juan de Urbieta, soldado de Carlos V, detiene a Francisco I, rey de Francia, en la batalla de Pavía

En el siglo XIX -el siglo de la ciencia- la teorética socialdarwinista y el complejo de inferioridad de las ciencias sociales con respecto a las ciencias de la vida hizo que todo el pensamiento académico considerase la guerra entre humanos como un episodio connatural al hombre. En ese sentido, los científicos entendieron que la biogenética del homo sapiens sapiens le condenaba, ya desde un primer momento (cuando su organización social se basaba en la banda de afines), a tener que guerrear, por ejemplo, por el control de un territorio. Esta teoría, como sabemos, llevaba implícito un trasunto que no serviría sino para justificar el ejercicio imperialista de conquista del espacio vital de un pueblo (clásico de ese período de amanecer industrial).

En oposición a estas teorías sustancialistas y biogénicas se construye, ya en el siglo XX, la teoría sociohistórica del arqueólogo marxiano Gordon Childe, que articula su tesis sobre el origen de la guerra y los ejércitos sobre los ejes del crecimiento demográfico, la consolidación del regadío, el aumento del excedente, la aparición de la propiedad privada, el Estado y los ejércitos. Esta teoría, aceptada a grandes rasgos por los teóricos del ámbito libertario, se ve implementada y refutada a su vez por los anarcoprimitivistas que, más allá de lo anterior, atribuyen las actitudes belicistas no ya a la consolidación del aparato estatal-militar sino al anterior proceso de domesticación y sedentarización de algunos pueblos (por tanto, para ellos -los anarcoprimitivistas- las poblaciones cazadoras-recolectoras, que no recorrieron el itinerario anterior, serían pacíficas en esencia).

La guerra hasta el siglo XX: una aproximación a través del estudio de las clases

Durante la Edad Antigua, la guerra, como sabemos, se hizo presente con toda su virulencia en el día a día de la historia de los pueblos de todo el mundo. Numerosas naciones e imperios de la antigüedad se dotaron de un aparato militar construido sobre la base de los reclutamientos forzosos, los voluntarios profesionales y los primeros cuerpos de mercenarios de fortuna. Si bien es cierto que la base social de las tropas, como no podía ser de otra manera, estaba compuesta por el pueblo llano, en la cúspide militar se encontraban individualidades pertenecientes a la nobleza o la realeza. El mismo concepto griego de aristoi, del que proviene aristocracia (recordemos, el gobierno de los mejores etimológicamente hablando), implica una especial aptitud para la guerra y un espíritu, digámoslo así, predispuesto para la lucha. En ese sentido, la educación militar de aristócratas y nobles será uno de los ejes de la infancia de los mismos. Es por ello que ya desde temprano se establece una ligazón para ellos casi mística entre nobleza y guerra que queda certificada en crónicas y leyendas como la Iliada o la Odisea, donde son ellos, los aristoi (etimológimente los mejores), los protagonistas de una historia donde la muerte en combate es considerada connatural a la existencia del noble.

Esta mística, a su vez, es heredada por la nobleza y la realeza medieval y queda plasmada, como sabemos, en la historia del arte a través de la potente iconografía de guerra bajo la cual son representados habitualmente emperadores, reyes y nobles, para los que, en última instancia, la guerra es su oficio de sangre. Por ello, y más allá de generalizaciones, no era inusual que reyes y nobles se dejaran la vida o fueran apresados en el campo de batalla.

Sin embargo, el triunfo del liberalismo y la llegada al poder de la burguesía implica un cambio considerable en la relación de la clase gobernante con la guerra y el ejército. La burguesía, ajena a la tradición belicista de la nobleza, aparta del campo de batalla a sus miembros y deja que la carne de cañón proletaria inunde los campos de batalla sin el acompañamiento de los hombres de poder del Estado. Retratos de gabinete, placenteramente perfectos, y sistemas de contribución diferenciados (los burgueses aportan dinero a los ejércitos mientras los pobres aportan vidas), sustituyen con el tiempo a la iconografía guerrera y la ideología de clase que asociaba el uso de las armas al hecho de ser noble.

La clase cobarde engrasa la maquinaria: el nacionalismo contra la clase obrera

Recluida la burguesía en sus salones de té, la maquinaria belicista necesita engrasarse con una ideología que, por un lado, sirva de soporte al proyecto imperialista connatural al desarrollo de la revolución industrial (necesitada de nuevos mercados y materias primas) y, por otro, frene el imparable avance de un movimiento que podría arrasarlo todo: el internacionalismo obrero.

La trampa nacionalista, tendida con maestría por los artesanos del poder mediático y sentimental de los gobiernos, se anticipa al definitivo estallido de la lucha apátrida y ofreciéndole bocado a la socialdemocracia, por entonces entregada a los brazos de la pequeña burguesía, permite que la hermandad obrera por encima de fronteras y banderas (a la que sólo apelan los anarquistas) se rompa en mil pedazos y facilite la derrota, en muchos sentidos, de una clase trabajadora entregada a una lucha que no es la suya. Como advertían los teóricos fascistas, la guerra de guerras -guerra de clases versus guerra de razas- la acabaría ganando esta última, y en esas andamos...

La paz como meta: en guerra contra la violencia del sistema

Más allá de la mística de la violencia, que tiene mucho que ver con la construcción de legitimidades que apestan en más de un sentido a vanguardismo y diferenciación (como veíamos antes en el que caso de la nobleza), los anarquismos han de preguntarse desde la sinceridad de sus diversidades hasta qué punto es posible una solución pacífica al problema de la violencia, la guerra y los ejércitos... Sin entrar en discursos manidos o insípidos por su falta de seriedad, sería conveniente que el movimiento anticapitalista empezara a pensar de una vez por todas en la mejor forma de reeditar ese movimiento terrorífico para el orden de la injusticia que fue el internacionalismo. Bajo nuestro punto de vista, la guerra a la guerra (que es el sistema) pasa por una actualización de aquellos presupuestos que nos hicieron amenazantes: la lucha contra el Estado y el capitalismo y la construcción de nuevas solidaridades capaces de unir a los de abajo independientemente de cual sea nuestra patria, idioma o color de piel.

- Este artículo lo publiqué en el número 243 de la publicación libertaria Tierra y Libertad, vocera de la FAI. Ahora lo publico aquí con ligeras modificaciones.

lunes, 31 de enero de 2011

Schopenhauer, el animalista

No es un muy habitual que en los portales de contrainformación nos encontremos con artículos sobre Arthur Schopenhauer (1788-1860), un filósofo de segunda (eso es lo que dicen muchos) que ha quedado en nuestro imaginario como el padre del pesimismo moderno.

Desde luego, no voy a ser yo quien niegue la centralidad que ocupa en su obra la concepción pesimista del mundo, pero no obstante, y tomando dicha afirmación como punto de partida, me gustaría profundizar en algunas consecuencias insospechadas de sus postulados filosóficos.

La mayoría de los historiadores de la filosofía atribuyen el pesimismo exacerbado del filósofo de Danzig a la influencia de su propia biografía. Emblemáticos serán en este aspecto, sus dos fracasos más sonados. El primero fue el fiasco editorial de El mundo como voluntad y representación (1818), obra cenital de su bibliografía y cuyos ejemplares se acabaron vendiendo al peso como papel para reutilizar. El segundo de estos fracasos de los que hablo, quizá el más rotundo por lo simbólico del asunto, le sobrevino cuando, en su ánimo por competir con Hegel, decidió poner sus clases a la misma hora que el filósofo de Stuttgart (pues ambos coincidieron en la Universidad de Berlín durante un tiempo). El resultado fue desastroso, ya que Hegel, en la cumbre de su popularidad por aquel entonces, acabó por vaciar de estudiantes el aulario donde impartía clases su enervado rival.

Más allá de lo anterior, la teoría sobre el dolor del mundo, sobre el sufrimiento inherente a la condición humana, que plasmó Schopenhauer a través de sus obras, bebe, entre otras influencias, de la filosofía oriental (hinduismo y budismo). Una tradición de pensamiento hasta entonces denostada debido a la soberbia etnocentrista de la intelectualidad europea. Es precisamente su profundo conocimiento de la religión budista y de la cosmovisión pesimista de las religiones orientales, lo que le hace plantearse qué y quiénes sufren y, por tanto, qué y quiénes han de merecer respeto y consideración.

Es aquí donde Arthur Schopenhauer adquiere una originalidad que sorprende a todos aquellos que no habíamos profundizado convenientemente en su obra. Si lo esencial de la vida del hombre es el sufrimiento causado por el cruce de voluntades inherente a la sociabilidad, no es menos cierto que, para Schopenhauer, la estructura fisiológica de buena parte de los animales hace que, como sujetos dolientes, deban merecer la misma consideración que el hombre, pues todas las especies con capacidad para sentir dolor viven hermanadas por esa (para él) primigenia condición.

De ahí que, por ejemplo, podamos encontrar un texto como el siguiente en Los dolores del mundo: La piedad, única base de la moral, nace del sentimiento de la identidad de todos los hombres y de todos los seres y debe extenderse a los animales.

Y es que Arthur Schopenhauer, ese empedernido vegetariano, puede considerarse como uno de los primeros defensores de una ética biocentrista muy en consonancia con el veganismo. Toda una sorpresa, lo repetimos, para los que supimos de él a través de la lectura de los manuales de historia de la filosofía, donde poco (o nada) se dice del pensamiento animalista del filósofo de Danzig. Un motivo más para descubrir su estimulante obra.

miércoles, 26 de enero de 2011

El extrañamiento

El extrañamiento del etnógrafo no supone sólo un acercamiento fragmentario a otras formas de comprender y realizar el mundo. La sensibilidad hacia esas imágenes en negativo, es decir, hacia lo que no forma parte de lo esperado desde nuestros esquemas culturales, constituye la columna vertebral de la interpretación etnográfica. Esos aspectos de la vida social que no encajan en nuestra visión corriente de las cosas son los que nos hablan de la cultura "objeto" como un entramado de reglas propias, cuya existencia y relaciones nos esforzamos en reconocer. Uno de los objetivos de la etnografía es mostrar la razonabilidad de ese mundo a primera vista extraño, presentándolo como una realidad inteligible.

- En La lógica de la investigación etnográfica, de Honorio Velasco y Ángel Díaz de Rada (Editorial Trotta, Madrid: 2004).

sábado, 15 de enero de 2011

La biblioteca del MIL

Escribo sobre el MIL (Movimiento Ibérico de Liberación), teniendo como referencia un libro, el único que he leído sobre ellos. Se trata de El MIL: una historia política, muy recomendable para los interesados en la historia del movimiento autónomo y sus luchas durante la Transición. Hoy escribo sobre ellos porque he encontrado una página que me parece un tesoro, sobre todo porque nos permite acceder directamente a documentos como el que tenéis ahí arriba (pincha en la imagen para ampliar), nada menos que el proyecto de creación de una biblioteca política al servicio "de la clase". Echándole un ojo a este documento nos podemos hacer una idea de qué era el MIL y por dónde iban los tiros (nunca mejor dicho). Su concepción de la lucha armada era profundamente antivanguardista y entendían la organización obrera de manera amplia, más allá de siglas y grupúsculos. Apostaban por la autoorganización de un sujeto político, el proletariado, al que creían capaz de superar las divisiones ideológicas en base a la política de asambleas. Aspiraban a que fueran los mismos trabajadores quienes se dotaran de una organización armada que no fuera ajena a la clase y cuyo carácter fuera, antes que todo, anticapitalista, despreciando la lucha por la democracia (a la que consideraban la forma política soporte del capitalismo en la sociedad postindustrial) o la emancipación nacional. Nos encontramos así con una organización que, por un lado, se separa tanto en la forma como en el fondo de otros grupos armados de carácter marxista-leninista (ETA, FRAP, GRAPO) que asumen la idea de vanguardia y trabajan desde fuera del movimiento obrero, pero que, por otro lado, desprecia las estructuras organizativas del anarquismo clásico (forma sindicato, forma grupo de afinidad), entre otras cosas porque el MIL y el movimiento autónomo beben más del marxismo heterodoxo (consejista sobre todo) que del anarquismo.

Aquí
está la página de la que os hablo.
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