domingo, 31 de julio de 2011

Sobre los lacandones: morir antes que perder la identidad

He encontrado esta historia, la de los lacandones, en un viejo libro de antropología expurgado del fondo de la Biblioteca Provincial. El título ya lo dice todo: Los últimos primitivos, de Folco Quilici. Las negritas son mías.

"No es menos cierto, por otra parte, que el rechazo y la soledad resultan insuficientes para garantizar la supervivencia. Antes bien, el aislamiento como último refugio constituye una terrible arma de autodestrucción. Los lacandones, últimos descendientes de los mayas, viven escondidos en la impenetrable maleza de la selva centroamericana, donde los bejucos se alteran con los caobos y el chicle, donde torrentes impetuosos interrumpen todos los caminos a quienes no conocen los vados, y los senderos son resbaladizos e impenetrables. La finalidad de su existencia parece consistir en mantener vivo el recuerdo de los lejanos antepasados mayas. Rechazada la conversión, no hay misioneros junto a ellos, y persisten en su culto de los dioses de la jungla, realizan peregrinaciones a los antiguos templos semisepultados, y celebran casi cada día, en sus míseros poblados de hojas, solemnidades tradicionales que en otro tiempo festejaban de manera grandiosa. Huyendo de todo contacto, los lacandones, de carácter apacible y con el rostro prematuramente cubierto de arrugas, pagan su libertad con una existencia dura y triste, siempre luchando por obtener medios de subsistencia. El exilio en la selva ecuatorial significa aceptar la condena de la extinción, pero, por otra parte, los lacandones saben bien que la civilización de los blancos es sinónimo de dolor, opresión, muerte y engaños. Por eso ellos, como tantos otros grupos de primitivos de los bosques tropicales de Sud y Centroamérica, no quieren tener más contactos con el mundo civilizado que avanza. Parecen preferir la muerte a una existencia de compromiso".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que curioso, pero tambien un tanto ambiguo , tanto el hecho como la interpretación, aunque eso sí, he de decir que desconozco la obra, su contenido, al autor y por supuesto esa "cultura o pueblo".

Anónimo dijo...

no se sabe mucho de los Lacandones, yo eh visto a uno o dos, en una visita que hice a Bonampak en Chiapas, no se dejan ver ni tomar fotografias.

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