miércoles, 29 de agosto de 2012

Retrospectiva Chris Marker: Recuerdos del porvenir (2001)

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Después del buen sabor de boca que nos dejó ayer la proyección de La Jetée, continuamos la retrospectiva sobre la obra de Chris Marker con el visionado de Recuerdos del porvenir. Os dejo con el resumen del argumento:

A partir de los archivos de la fotógrafa Denise Bellon (1902-1999), Chris Marker y Yannick Bellon, hija de la fotógrafa, reviven la Francia de la preguerra, del África colonial, y recuerdan a los protagonistas de guerras y revoluciones, tanto a los célebres como a los anónimos. Un lúcido repaso a la historia a partir de los excepcionales retratos de una mujer que supo captar un presente convulso que contenía ya las huellas del porvenir (http://www.filmaffinity.com/es/film872252.html).

domingo, 19 de agosto de 2012

Retrospectiva Chris Marker: La Jetée (1962)

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Hace unos días murió Chris Marker. No sé si sabéis quién es, pero os lo refresco. Para mí el mejor documentalista de la historia. Por eso le vamos a rendir homenaje. Mes tras mes iremos proyectando su obra en una retrospectiva, ciertamente informal, que pretende dar a conocer la filmografía de este cineasta comprometido con las luchas de los de abajo y con la creación de vanguardia. El día 28 empezamos. En el cartel tenéis los datos de la proyección. Si queréis, allí nos vemos. Echaremos un buen rato.

jueves, 2 de agosto de 2012

El milenarismo va a llegar...


 Imagen astrológica que predica un diluvio y una revuelta de los campesinos para 1524. 
Grabado sobre madera, anónimo. Nuremberg, 1523

Una semana justa desde la anterior entrada (qué bien; alguien diría: Cómo se notan las vacaciones, Juan). Dejamos el jazz, los comunistas represaliados de los United States y volvemos a Europa, a nuestra casa vieja, regresamos también a la frontera entre la Edad Media y la que llaman Edad Moderna. Metámonos de lleno, por tanto, en un limes temporal en plena descomposición.

Da pie a la entrada la lectura principiada de El incendio milenarista, de Yves Delhoysie y Georges Lapierre. Llevo apenas unas cincuenta páginas pero el libro ya merece que hablemos de él, aun de manera sucinta. Para empezar: aplausos (one more time) para las gentes de Pepitas de Calabaza. Edición impecable, papel ecológico que huele bien, portada llamativa y excelente traducción... ¡Cómo les envidiamos! ¡Yo también quiero una editorial así! Seguimos... Pero pongamos punto y aparte.

Siempre me interesaron las herejías. Recuerdo que la primera vez que leí El nombre de la rosa me pasé más tiempo investigando quiénes eran los dulcinistas que pendiente de la historia de los sabiondos contra los monjes serios. Luego llegó Q y el interés se redobló... Husitas, anabaptistas, campesinos fanatizados con la idea de la Jerusalén terrenal, del paraíso hecho real... Y enfrente el Santo Padre, los nobles avariciosos y hartos de vino, los arzobispos gordos, el lumpen mercenario... Sí, El incendio milenarista da cuenta de la guerra social librada entre aquellos que quisieron cambiar sus vidas cambiándole la cara al mundo y los que prefirieron seguir lavándose la cara en el agua sucia de una bacía de barbero.

Echadle el guante, mis bambinos transhistorizados. Sé que os va a gustar (aunque es un poco caro). El milenarismo va a llegar...

* Queda pendiente meterle mano un día a todos los difamadores de medio pelo, estalinistas dulcificados (Eric Hobsbawm) o socialdemócratas blandengues (Gerald Brenan), que se empeñaron en desprestigiar las luchas campesinas del siglo XIX en Andalucía tildando a sus promotores de milenaristas, infantilizando su protesta y, sobre todo, minusvalorando sus conquistas. Ya se escucha la motosierra...
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