Esa mano lo demuestra... Nosferatu, ¿un vampiro republicano? Azaña, ¿un masón vampírico? La polémica está servida. Pasó a la historia el debate a propósito de la autoría de la frase: Ni heridos ni prisioneros; ¡tiros a la barriga! (asunto Casas Viejas). Ahora lo que interesa en profundizar en la más que probable condición vampírica del republicanismo hispano.
Buceo en páginas de historia, pincho sobre enlaces de recomendaciones varias. Mis amigos me quieren, sí, pero me acuerdo demasiado de ellos cuando no doy a basto leyendo los artículos interesantes que me suelen mandan. También me envían pequeños documentales sobre temas que me han interesado siempre. Mis amigos me arruinan la agenda y eso me gusta. ¡Ay, qué malos son! Pero siempre me dejo sorprender por ellos.
Camilo Berneri me ha interesado desde hace mucho tiempo. Su muerte también. ¿Sabéis italiano? ¿Sí? Os dejo un video que disfrutaréis entonces. Yo me entero de algo (luego le pediré a Sergio que me lo traduzca entero). Creo que es bastante ameno.
Qué curioso. Hace unos días asistí a la presentación de un libro en la que su autor nos habló de la homofobia declarada de Berneri, el anarquista humanista. Ahora vuelvo a encontrarlo aquí, después de ver un video que un amigo me recomendó sobre la CNT en los años setenta, los años de la mal llamada Transición ( en realidad, una transacción en plena regla).
La primera vez que supe de Berneri fue hace mil años, cuando devoré el clásico de Peirats: La CNT en la Revolución española. Una obra de tres tomos donde el viejo militante confederal hablaba de la llegada del italiano a Barcelona prodecente de Francia, a donde se había exiliado tras la subida al poder de Mussolini. Leyendo ese libro conocí la línea dura del periódico que publicaba en Cataluña, Guerra de clase, donde advertía de los manejos del comunismo estalinista y advertía de los posibles efectos contrarrevolucionarios de un aumento del poder político del PCE. Berneri ya sabía de las purgas de Stalin en la URSS y preveía lo que podía pasar.
Camilo Berneri murió asesinado en los sucesos de mayo del 37. Anteriormente había formado parte del cuerpo de voluntarios antifascistas italianos llegados a España al comienzo de la Guerra Civil (un grupo integrado por socialistas y anarquistas que combatió con éxito, por ejemplo, en la famosa Batalla de Monte Pelado). Sobre las causas de su muerte hay cierto debate. Algunos investigadores, los menos realmente, mantienen que fue asesinado por los servicios secretos italianos. Otros, sin embargo, creen que la muerte de Berneri se debió a un asesinato a traición perpetrado por militantes del PSUC (sucursal catalana del Partido Comunista de España), que se la tenían jurada desde que el italiano publicó En defensa del POUM, un artículo que defendía la valía política de la estrategia revolucionaria de los comunistas no alineados con la III Internacional.
De una manera o de otra, la figura de Camilo Berneri, a pesar del paso del tiempo y de la tierra caída encima del movimiento libertario en general, sigue siendo interesante para mucha gente que se ha acercado a sus textos sin prejuicios ni afanes recuperadores. La realización de este breve documental es buena muestra de ello.
Quitad la Contrahistoria y tendréis una remesa de libros expurgados por la magnánima Biblioteca Pública Provincial de Jaén, institución cultural a la que debo el que hayan acabado en mi mesa los títulos que podéis ver (incluidos un par de libros de la mítica Ruedo Ibérico). Y es que la popularmente conocida como biblioteca del parque, en su afán por limpiar de polvo y paja sus estantes, se deshace puntualmente, cada verano más o menos, de los libros que los técnicos consideran prescindibles. Eso es el expurgo, el proceso por el cual las bibliotecas se deshacen de los libros que les sobran para hacer hueco.
Y qué tenemos... Pues algo sobre el POUM, algo sobre el MIL de Puig Antich (MIL son las siglas del Movimiento Ibérico de Liberación) y un libro de título más que interesante: Subersión y perversión; más Una historia de la gentes sin historia. También un tochazo sobre Anarquismo y sindicalismo en España (el tomo centrado en el siglo XIX) y un pequeño ensayo sobre nacionalismo negro en Estados Unidos. Y para finalizar, la traca: La violencia: enfermedad del anarquismo, un libro de historia del socialismo español escrita por un militante socialista al que probablemente le pareció que el título anterior tenía más gancho que, por ejemplo, Historia del socialismo español. Cosas del marketing.
Sí, esta es para mí la foto de Capa, la mejor, la que más me gusta (quizá no sea lo mismo una cosa que otra). Soldados republicanos avanzando cerca del río Segre, en Fraga, el 7 de noviembre de 1938. Esta escena resume para mí la Guerra Civil, no la Revolución, no la retaguardia, sino la guerra guerra. Más que resumir condensa, multiplica. Tenemos imágenes que contienen tanto discurso dentro... Qué añejo decir desde este ahora "pienso en mis abuelos." Qué añejo y tal vez qué recurrente, pero es lo que hay... La memoria de los hijos de los hijos de los que se montaron en el camión sin pensárselo dos veces. La memoria que no desaparece, que despierta con apenas un fogonazo: mirar esa foto, por ejemplo, o la escena de una película (una de Tierra y Libertad, claro, justo cuando cantan lo de que en el Ebro se han hundido las banderas italianas).
Hace unos días leí en el periódico que se había formado el Colectivo para el Estudio de la Historia Social de Jaén. Inmediatamente me puse en contacto con ellos. Me interesa la historia de los de abajo, de las de abajo, y a este colectivo también (y mucho). Luego, para mi regocijo acabé por advertir (tras el correo electrónico pertinente) que este interesante colectivo había nacido por la iniciativa de algunos amigos; entre ellos Santiago Jaén, que hace poco dio una interesante charla para la CNT de Jaén, y entre ellas Matilde Peinado, una mujer que desde hace mucho tiempo invierte su poco tiempo libre en organizar charlas y jornadas cuyo objetivo es reconstruir la historia social de nuestra provincia. Les felicito y les animo a trabajar. Queda mucho por hacer y estamos pocos, pero nos sobran ganas y la vida no es tan corta como parece. Por supuesto que tr(a)nshistoria será su casa.
Aquí se puede apreciar cómo la Ilustración, siendo un ideal de la humanidad, es de hecho un proyecto europeo con vocación universal. Europa sabe que ha descubierto la razón y la libertad y, dada la naturaleza universal de su descubrimiento, se propone como guía de la humanidad. Quien quiera progresar -y nada puede sustraerse a esa ley de la naturaleza humana- "recibirá de nosotros lo que nosostros tuvimos que descubrir", es decir, tendrá que seguir su camino.
El otro testimonio es de Marx y reza así: Bakunin reprochará a los americanos una guerra de conquista que, desde luego, asesta un rudo golpe a su teoría fundada en"la justicia y la humanidad", pero que fue llevada [se refiere a la guerra] pura y sencillamente en interés de la civilización. O ¿es una desgracia que la espléndida California le fuera arrancada a los perezosos mexicanos que no sabían qué hacer con ella (1). Marx reconoce que "el interés de la civilización" pone orden entre pueblos diferencialmente desarrollados, legitimando que se obligue al más retrasado a seguir los pasos del más desarrollado.
Son dos testimonios más que representativos de la interpretación de la Ilustración: por un lado, proyecto universalista con contenidos identificables positivamente, pero siempre un proyecto, eso sí, gestionado por Europa. Esa doble condición (universalidad y eurocentrismo) da pie a un tratamiento colonialista (antes se hablaba del "despotismo ilustrado") de la verdad y de la ética, lo que fatalmente conduce a una concepción igualmente colonialista -y por tanto particularista- de la universalidad.
(1) F. Kevy, Histoire d´un bourgeois allemand, París, Grasset, 1976, p. 154.
- De La herencia del olvido, Reyes Mate. Errata Naturae. Madrid: 2008.
Para Sergio y el que escribe, buscar la sede de la Fundación Juan March, ubicada en el barrio de Salamanca de Madrid, fue algo parecido a una aventura contemplativa. Hace poco nos enteramos en una charla que durante el sitio de Madrid (del 37 al 39) no cayó ni una sola bomba en ese barrio. Se ve que la aviación nazi sabía bien quiénes vivían allí... Pocos quintacolumnistas murieron bajo las bombas. Pero no nos vayamos por las ramas... Si hablaba de que buscábamos la sede de la Fundación Juan March es porque queríamos ver una exposición sobre la vida y obra de Alexandr Deineka, un propagandista soviético, es decir, un agitador de conciencias y un bolchevique convencido. Y he aquí la más que evidente contradicción... Qué es lo que lleva a los mandamases de la Fundación Juan March a organizar una exposición que revisita el cambio operado en la Rusia de los zares tras la Revolución de Octubre. O peor, cómo puede organizarse esta exposición en la casa del mayor financiador del golpe de Estado de los furibundos anticomunistas Mola y Franco. Sergio y yo no nos lo explicamos muy bien, por eso lo dejaremos para otra entrada, tal vez en MineÁRTpolis, cuyo título podría ser Vidas y desventuras del gestor cultural de una fundación de ricachones. Se la dejo a mi compañero, al que le gustan este tipo de retos.
Por cierto, ¿la exposición? Id a verla, no os arrepentiréis.
P.D.: Y para rizar el rizo... Sabíais que institución conserva la biblioteca privada de Julio Cortázar. Efectivamente, la Fundación Juan March.