Páginas de B. Traven. Retrato de un anónimo célebre, de Golo (pincha y amplia) |
Hace unos
meses, buscando datos para escribir un post en el blog tr(a)nshistoria, me
encontré con una referencia a la República
Soviética de Baviera. Es una historia interesante que merece ser conocida y
que no sea sepultada por la historiografía oficial, a la que tan poco interesan
estos fragmentos olvidados de la historia social.
Tras el final de la I Guerra Mundial (1918), en
la que Alemania saldría derrotada, las clases populares de este país y buena
parte de su derrotado ejército, se echaron a las calles para derrocar la
monarquía imperial que les había arrastrado a la guerra. Tras una fuerte lucha,
la insurrección popular, liderada
por los sectores mejor organizados del movimiento obrero, consiguió buena parte de sus objetivos: se echó al Emperador, se
proclamó la República y se dotó al
estado de una organización federal.
En Baviera, una región al sur de Alemania
con una gran implantación de las organizaciones obreras, la situación se
transformó en una auténtica guerra civil, tras la cual se proclamó la República
de Baviera. Por entonces, el líder
indiscutible de la república bávara era el socialista Kurt Eisner, un político carismático que fue asesinado el 19 de febrero de 1919 por los disparos efectuados por
un militante de la extrema-derecha.
Consejo Central de la República Roja de Baviera |
El asesinato
de Eisner y la apuesta revolucionaria de buena parte de los sectores populares
de la región, llevaron a la proclamación,
a principios de abril de 1919, de la República
Soviética de Baviera. La Républica, organizada en torno al Consejo de Baviera (una asamblea de
obreros, campesinos y soldados), tuvo una dirección
predominantemente libertaria durante las primeras semanas de
funcionamiento. De hecho, los principales líderes del Consejo fueron destacados
militantes anarquistas o socialistas antiautoritarios como Gustav Landauer, Silvio Gesell, Erich Müsham o Erns Toller.
No obstante,
la labor organizativa de los
anarquistas fue saboteada desde un
principio por la militancia del KPD
(Partido Comunista Alemán). De hecho, a principios de mayo los comunistas dieron un golpe de estado
que les hizo tomar las riendas del Consejo de Baviera, encumbrando en la
dirección política de la República a Eugen
Levine, un destacado dirigente del KPD.
A pesar de
ello, la República Soviética de Baviera contó con las simpatías de las clases
populares bávaras, que, prueba de ello, se echaron a las calles para intentar
frenar la invasión de los más de 30.000 militares y miembros de los
Freikorps (voluntarios de extrema-derecha) que llegaron a la región para aplastar la experiencia revolucionaria.
Una victoria que consiguieron, pero solo tras dejar miles de víctimas entre los defensores de la república bávara,
entre ellas los líderes más destacados del Consejo de Baviera.
* Este artículo se incluye en el número 1/10 del fanzine COTARRO, publicado por Piedra Papel Libros. Más información en https://www.facebook.com/PiedraPapelLibros
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