martes, 25 de noviembre de 2014

La insurrección magonista de la Baja California

Somos conscientes de que poco podemos decir en apenas 300 palabras sobre la insurrección magonista de 1911. Sin duda alguna, quizá sea uno de los episodios revolucionarios más desconocidos de la historia contemporánea mundial. Quizá por eso nos hayamos decidido a pergeñar un pequeño artículo sobre esta rebelión libertaria casi olvidada (incluso en México). 

La insurrección magonista fue dirigida por la Junta Organizadora del Partido Liberal. A pesar del nombre, los hermanos Flores Magón, que dirigieron la misma desde su forzado exilio de Los Ángeles, establecieron un programa político de transformación social de carácter anarquista. La rebelión se llevó a cabo en la Baja California, pero el plan era extenderla por todo el país. El objetivo no solo era derrocar la dictadura de Porfirio Díaz, sino acabar con la pobreza y la falta de libertad. El lema que acuñaron los insurrectos, ¡Tierra y Libertad!, era el mismo que usaron los narodnikis rusos durante el siglo XIX y Ricardo Flores Magón fue conocedor del mismo debido a la relación epistolar que mantuvo con el líder revolucionario ruso Piotr Kropotkin

La insurrección magonista contó con el apoyo de un importante contingente de voluntarios de los EE.UU. La mayoría de ellos eran miembros de Industrial Workers of the World (sindicato revolucionario de base multirracial). En una primera fase, los magonistas tomaron plazas importantes como Mexicali o Tijuana. Allí siguieron sumando apoyos y pusieron en práctica su programa de transformación social. Sin embargo, la fuerte presencia de extranjeros fue utilizada por los enemigos de la revolución para acusarles de tener un objetivo secreto: anexionar la Baja California a los EE.UU. Esta difamación, que les restó apoyos, se solapó con los cada vez más frecuentes desencuentros entre mexicanos y estadounidenses de la milicia magonista. Sin embargo, fue un elemento externo el que puso la puntilla al movimiento revolucionario. La firma de los Tratados de Juárez entre Porfirio Díaz y Francisco Madero, originó que las tropas maderistas emprendieran una campaña de acoso y derribo contra los magonistas. Finalmente, todos estos factores propiciaron la derrota de un movimiento que, sin embargo, quedaría firmemente anclado en el imaginario del movimiento anarquista (algo que evidencia la prensa obrera de la época).

- En el número 7/10 del fanzine COTARRO.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Helios Gómez, el artista de la corbata roja

Helios Gómez, el artista de la corbata roja, será sin duda uno de los personajes más singulares que han pasado y van a pasar por esta sección. Gitano nacido en Triana, la vida de Helios Gómez transita por los caminos del aprendizaje permanente, la lucha política y los avatares de la represión. 

Helios Gómez salió de Sevilla muy joven. A los 23 años, ya afiliado a la CNT, inició su periplo por algunas de las ciudades más importantes de Europa. Residió en Ámsterdam, Viena, Berlín… También vivió durante un tiempo en la URSS. Durante ese periodo conoció a renombrados artistas de la corriente expresionista como George Grosz. 

Su trayectoria política merece una mención aparte, pues no tiene desperdicio. En 1930, poco después de regresar a España, abandonó su militancia libertaria tras publicar un manifiesto en el que explicaba los motivos para tomar tal decisión. Ese mismo año ingresó en un Bloque Obrero y Campesino (germen del POUM). De allí fue expulsado por su tendencia libertaria, pasando a militar en el PCE. En el Partido Comunista permanece algunos años, hasta que en 1937, y en el contexto de los Sucesos de Mayo, es acosado por los estalinistas, que logran echarle del partido por su antigua militancia trotskista y libertaria. Su expulsión le hace pedir su reingreso en CNT. De hecho, será el encargado de la maquetación y diseño del periódico de la 26 División (la extinta Columna Durruti). Tras la guerra, y tras pasar por distintos campos para refugiados en Francia, retornó a la Península con el ánimo de luchar contra el franquismo de manera clandestina, lo que conllevó su entrada en prisión en un par de ocasiones. Helios Gómez murió en 1956, con solo 50 años. 

Hoy en día, la obra de Helios Gómez goza de una extraordinaria vigencia. De hecho, ya son varias las monografías que profundizan en la vida y obra de este irrepetible artista. Nos alegramos de ello.

- Publicado originalmente en el número 7/10 de COTARRO.
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