En la Puebla de Valverde subieron unos compañeros y comunicaron al Comité de Guerra que otros grupos armados diciendo pertenecer a la Columna de Hierro, actuaban en su nombre. Estos grupos que se establecieron en Segorbe entraban en los pueblos saqueando casas, robando el dinero a sus habitantes y atropllando a todo el mundo que se resistía a ceder a los caprichos de estos bandidos desalmados.
Con suma rapçidez el Comité desplazó a un grupo de jóvenes para que fueran a la búsqueda de este grupo de truhanes encanallados que hacían bajas y sucias fechorías en nuestro nombre. Pronto se les dio caza. Fueron detenidos, se hizo la consiguiente investigación, y siendo reconocidos por personas a las que habían robado, se les hizo justicia inmediatamente.
Es preciso consignar que todos aquellos pueblos de la comarca, hasta Castellón, quedaron tranquilos de aquella pesadilla maldita. Los jóvenes fueron a todos los pueblos limítrofes informándoles de lo ocurrido para que la limpia ejecutoria de la Columna de Hierro quedase en su lugar. Revolucionarios, sí; bandidos, no; tal ha sido siempre el lema del anarcosindicalismo militante.
Todo lo que los granujas habían robado y el dinero que se les cogió encima, pasó a ser restituido a las familias que habían sido víctimas de tales atropellos. Los compañeros de Segorbe, por indicación del Comité de la Columna, cumplieron esta misión reparadora y justa. La limpieza social dio resultados satisfactorios para todos.
A los anarquistas españoles se nos ha presentado por parte de las capas reaccionarias como la hez de la tierra; pero no han conseguido sus fines. El famoso calumnia, que algo queda, les ha sico favorable en ciertas ocasiones, mas la honradez anarquista siempre ha salido a flote. En definitiva, hay manchas que limpian y la CNT es prototipo de dignidad porque odia la avaricia y propaga el altruismo con ejemplos que quedan para siempre a través de todas las conmociones revolucionarias.
- Páginas 40-42 de Documento histórico de la Columna de Hierro, de E. Manzanera.
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