Imagen astrológica que predica un diluvio y una revuelta de los campesinos para 1524.
Grabado sobre madera, anónimo. Nuremberg, 1523
Una semana justa desde la anterior entrada (qué bien; alguien diría: Cómo se notan las vacaciones, Juan). Dejamos el jazz, los comunistas represaliados de los United States y volvemos a Europa, a nuestra casa vieja, regresamos también a la frontera entre la Edad Media y la que llaman Edad Moderna. Metámonos de lleno, por tanto, en un limes temporal en plena descomposición.
Da pie a la entrada la lectura principiada de El incendio milenarista, de Yves Delhoysie y Georges Lapierre. Llevo apenas unas cincuenta páginas pero el libro ya merece que hablemos de él, aun de manera sucinta. Para empezar: aplausos (one more time) para las gentes de Pepitas de Calabaza. Edición impecable, papel ecológico que huele bien, portada llamativa y excelente traducción... ¡Cómo les envidiamos! ¡Yo también quiero una editorial así! Seguimos... Pero pongamos punto y aparte.
Siempre me interesaron las herejías. Recuerdo que la primera vez que leí El nombre de la rosa me pasé más tiempo investigando quiénes eran los dulcinistas que pendiente de la historia de los sabiondos contra los monjes serios. Luego llegó Q y el interés se redobló... Husitas, anabaptistas, campesinos fanatizados con la idea de la Jerusalén terrenal, del paraíso hecho real... Y enfrente el Santo Padre, los nobles avariciosos y hartos de vino, los arzobispos gordos, el lumpen mercenario... Sí, El incendio milenarista da cuenta de la guerra social librada entre aquellos que quisieron cambiar sus vidas cambiándole la cara al mundo y los que prefirieron seguir lavándose la cara en el agua sucia de una bacía de barbero.
Echadle el guante, mis bambinos transhistorizados. Sé que os va a gustar (aunque es un poco caro). El milenarismo va a llegar...
* Queda pendiente meterle mano un día a todos los difamadores de medio pelo, estalinistas dulcificados (Eric Hobsbawm) o socialdemócratas blandengues (Gerald Brenan), que se empeñaron en desprestigiar las luchas campesinas del siglo XIX en Andalucía tildando a sus promotores de milenaristas, infantilizando su protesta y, sobre todo, minusvalorando sus conquistas. Ya se escucha la motosierra...
3 comentarios:
joder, me llevo queriendo pillar no sé cuánto tiempo. Ahora ya sí o sí. Y Q acabo de descargarlo
Si te interesa el tema este otro libro era mas o menos libro de cabecera de los situacionistas que lo saquearona a gusto:
http://books.google.es/books/about/En_pos_del_milenio.html?id=ZDauQgAACAAJ&redir_esc=y
Un saludo
Mikel
Gracias Mikel. Te tomo la referencia...
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