Dix es un artista variopinto. No es exclusivamente un "denunciante social" ni un "pluralista de estilo", cuyo arte vive sólo de citas. Es más bien un aventurero crónico y un cronista gráfico de su tiempo. No se trataba para él de acercarse a un ideal absoluto, ya que fue siempre un espíritu escéptico. Se trataba de hacer visibles procesos vitales. Y también, aunque a primera vista no lo parezca, de representar la belleza que él encontraba en la variedad del mundo, y el "ansia de vivir" relacionada con esa belleza. Al igual que sus modelos, los pintores del siglo XVI, Dix fue en sus "mejores" años, los años veinte, un constructor de su motivo, que ordenaba el material de sus percepciones según principios estrictamente tectónicos. Dix reflejó el mundo como teatro, como asunto grotesco. Pero la forma elegida para ello se remitía al canon clásico de belleza. Dix vivió su vida y estuvo al servicio del arte, ya que también para él valía la antigua regla que expresó implacablemente el pintor norteamericano Ad Reinhardt: "Vida es vida, arte es arte".
-Dix, de Eva Karcher, Taschen (página 208).
-Dix, de Eva Karcher, Taschen (página 208).
1 comentario:
con sus pinceladas y los personajes que de estas salen deja claro la bonita idea del fin de la (santísima) modernidad...
un saludo...
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