El estudio del naturismo libertario es más complejo que el del resto de corrientes, pues, se da tanto en el movimiento anarquista como en el propiamente naturista, por eso es necesario analizar las diferentes perspectivas de relación entre las dos corrientes de pensamiento y, a la vez, hablar de Reclus y de Tolstoi precursores, ambos, de lo que poco después se denomina naturismo libertario. Eliseo Reclus (1830-1905), geógrafo y teórico del anarquismo, es muy influyente en el movimiento ibérico por la rapidez con que son traducidas sus obras, tal como ocurre con su gran estudio de geografía social El Hombre y la Tierra (1905-1908), material didáctico en la Escuela Moderna de Ferrer y Guardia. En el volumen VI de este estudio se encuentran elementos de los cuales se nutre el naturismo libertario, Reclus, vegetariano, defiende, como un gran acontecimiento revolucionario, recuperar el derecho de los antiguos griegos a ir desnudos a la luz del sol, pasando a ser la ropa una cuestión exclusivamente climatológica. Si fuese necesario recomendar una obra del sabio geógrafo, breve, bella y didáctica de la interrelación entre naturaleza y sociedad sería, sin duda, El arroyo (1864).
También es pronto conocido en la Península, el escritor, pedagogo y revolucionario ruso León Tolstoi (1828-1910), promotor de un anarquismo basado en el mensaje social de la palabra de Cristo una vez desprovisto de todo aspecto religioso. Tolstoi, vegetariano y esperantista como Reclus, escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amandonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos.
A pesar de que no lo parezca, el naturismo y el anarquismo ibérico tienen los mismos puntos básicos en común: la idea de un orden natural del cual nos aleja el artificialismo, razón de la necesidad de retornar desde el individuo. Sin embargo esto no es motivo para que no se den más interpretaciones, pues, también, por ejemplo, se puede considerar un retorno a la sociedad natural -naturaleza- la insurrección para la instauración del comunismo libertario. Otra visión que no pasa por el naturismo libertario, así como, tampoco, guarda una relación necesariamente directa con él son las prácticas de los primeros anarquistas de la segunda mitad del siglo XIX, motivadas, quizás, por querer dar ejemplo de austeridad y de higiene social al no comer carne o no beber vino ni jugarse el sueldo a las cartas.
También es pronto conocido en la Península, el escritor, pedagogo y revolucionario ruso León Tolstoi (1828-1910), promotor de un anarquismo basado en el mensaje social de la palabra de Cristo una vez desprovisto de todo aspecto religioso. Tolstoi, vegetariano y esperantista como Reclus, escribe en su postrer libro Últimas palabras (1909) que vivamos según la ley de Cristo: amandonos los unos a los otros, siendo vegetarianos y trabajando la tierra con nuestras propias manos.
A pesar de que no lo parezca, el naturismo y el anarquismo ibérico tienen los mismos puntos básicos en común: la idea de un orden natural del cual nos aleja el artificialismo, razón de la necesidad de retornar desde el individuo. Sin embargo esto no es motivo para que no se den más interpretaciones, pues, también, por ejemplo, se puede considerar un retorno a la sociedad natural -naturaleza- la insurrección para la instauración del comunismo libertario. Otra visión que no pasa por el naturismo libertario, así como, tampoco, guarda una relación necesariamente directa con él son las prácticas de los primeros anarquistas de la segunda mitad del siglo XIX, motivadas, quizás, por querer dar ejemplo de austeridad y de higiene social al no comer carne o no beber vino ni jugarse el sueldo a las cartas.
-Texto extraído de El naturalismo libertario en la Península Ibérica (189-1939), de Josep María Roselló. Disponible pinchando aquí.
3 comentarios:
Ahora me acuerdo de mi abuelo materno contándome cómo al Paraje de Canalons, en Alcoi, iban andando desde el pueblo, como quince o veinte kilómetros, porque allí iban antes de guerra y Franco, los intelectuales naturistas... y él de mozo con sus amigos iban hasta allí y se escondían entre los árboles para ver esos intelectuales de ciudad desnudos, ellos tan de pueblo, tan de Benimarfull y de L'Alqueria d'Asnar teniendo que ir a misa a diario...
Recientemente, en Barcelona, ha entredo en vigor una prohibición de ir desnudo o semidesnudo por la calle. Las multas van desde 120 a 500 euros dependiendo si la desnudez es total o si sólo se pasea con bañador. Esto es una muestra más de la criminalización del cuerpo como algo a ocultar a ojos de los demás. Connotación negativa de lo natural como algo a extinguir en un mundo basado en la artificialidad a todos los niveles.
Historicamente instituciones como nuestra santa madre iglesia (y las religiones en general) han luchado con uñas y dientes en este tipo de frentes, haciendo que los complejos, la culpabilidad y la vergüenza se instalen definitivamente en nuestro cerebro.
Hay que recuperar este tipo de luchas que nos acercan a lo que realmente somos y arrojar a la basura toda esa mierda reaccionaria que durante siglos nos ha mantenido y nos mantiene enterrados.
Ni que lo digas... Ahí también hay tajo.
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