viernes, 12 de diciembre de 2014

¡Adiós, muchachos! Cerramos Tr(a)nshistoria

Fotograma de Adiós, muchachos (Louis Malle, 1987).

Lo dicho, amigos. Le echamos el cierre a Tr(a)nshistoria.

Después de 168 entradas y más de cinco años de blog, echamos el cierre por diversas razones. Ahora mismo, el trabajo en Piedra Papel Libros apenas si me deja tiempo para publicar entradas de calidad en esta bitácora. Por otro lado, considero que, en cierta forma, este blog sigue vivo a través de dos espacios: el fanzine COTARRO (buena parte de sus contenidos bucean en la historia secreta del mundo contemporáneo) y la misma Serie Transhistorias que, como sabéis, es una colección de Piedra Papel Libros.

De todas formas, y de manera más concreta, cierro esta puerta con la idea de abrir otra. En este caso, migro de plataforma y pruebo suerte con wordpress. Efectivamente, hace una semana puse en marcha otra bitácora en la que espero dar cuenta de la aventura casi suicida que implica hoy en día poner a funcionar una pequeña editorial sin apenas recursos. El blog se llama Diario de un editor lumpen - Aventuras editoriales bajo el suelo editorial.

Por lo demás, queremos dar las gracias a todos los lectores de este blog. Seguro que vosotros también estáis de acuerdo con la proclama de Nietzche que subtitula este espacio virtual. Cerramos también con ella:

Necesitamos la historia, pero la necesitamos de otra manera a como la necesita el holgazán mimado en los jardines del saber.

¡Adiós, muchachos! Dejamos un bonito cadáver.

martes, 25 de noviembre de 2014

La insurrección magonista de la Baja California

Somos conscientes de que poco podemos decir en apenas 300 palabras sobre la insurrección magonista de 1911. Sin duda alguna, quizá sea uno de los episodios revolucionarios más desconocidos de la historia contemporánea mundial. Quizá por eso nos hayamos decidido a pergeñar un pequeño artículo sobre esta rebelión libertaria casi olvidada (incluso en México). 

La insurrección magonista fue dirigida por la Junta Organizadora del Partido Liberal. A pesar del nombre, los hermanos Flores Magón, que dirigieron la misma desde su forzado exilio de Los Ángeles, establecieron un programa político de transformación social de carácter anarquista. La rebelión se llevó a cabo en la Baja California, pero el plan era extenderla por todo el país. El objetivo no solo era derrocar la dictadura de Porfirio Díaz, sino acabar con la pobreza y la falta de libertad. El lema que acuñaron los insurrectos, ¡Tierra y Libertad!, era el mismo que usaron los narodnikis rusos durante el siglo XIX y Ricardo Flores Magón fue conocedor del mismo debido a la relación epistolar que mantuvo con el líder revolucionario ruso Piotr Kropotkin

La insurrección magonista contó con el apoyo de un importante contingente de voluntarios de los EE.UU. La mayoría de ellos eran miembros de Industrial Workers of the World (sindicato revolucionario de base multirracial). En una primera fase, los magonistas tomaron plazas importantes como Mexicali o Tijuana. Allí siguieron sumando apoyos y pusieron en práctica su programa de transformación social. Sin embargo, la fuerte presencia de extranjeros fue utilizada por los enemigos de la revolución para acusarles de tener un objetivo secreto: anexionar la Baja California a los EE.UU. Esta difamación, que les restó apoyos, se solapó con los cada vez más frecuentes desencuentros entre mexicanos y estadounidenses de la milicia magonista. Sin embargo, fue un elemento externo el que puso la puntilla al movimiento revolucionario. La firma de los Tratados de Juárez entre Porfirio Díaz y Francisco Madero, originó que las tropas maderistas emprendieran una campaña de acoso y derribo contra los magonistas. Finalmente, todos estos factores propiciaron la derrota de un movimiento que, sin embargo, quedaría firmemente anclado en el imaginario del movimiento anarquista (algo que evidencia la prensa obrera de la época).

- En el número 7/10 del fanzine COTARRO.

lunes, 3 de noviembre de 2014

Helios Gómez, el artista de la corbata roja

Helios Gómez, el artista de la corbata roja, será sin duda uno de los personajes más singulares que han pasado y van a pasar por esta sección. Gitano nacido en Triana, la vida de Helios Gómez transita por los caminos del aprendizaje permanente, la lucha política y los avatares de la represión. 

Helios Gómez salió de Sevilla muy joven. A los 23 años, ya afiliado a la CNT, inició su periplo por algunas de las ciudades más importantes de Europa. Residió en Ámsterdam, Viena, Berlín… También vivió durante un tiempo en la URSS. Durante ese periodo conoció a renombrados artistas de la corriente expresionista como George Grosz. 

Su trayectoria política merece una mención aparte, pues no tiene desperdicio. En 1930, poco después de regresar a España, abandonó su militancia libertaria tras publicar un manifiesto en el que explicaba los motivos para tomar tal decisión. Ese mismo año ingresó en un Bloque Obrero y Campesino (germen del POUM). De allí fue expulsado por su tendencia libertaria, pasando a militar en el PCE. En el Partido Comunista permanece algunos años, hasta que en 1937, y en el contexto de los Sucesos de Mayo, es acosado por los estalinistas, que logran echarle del partido por su antigua militancia trotskista y libertaria. Su expulsión le hace pedir su reingreso en CNT. De hecho, será el encargado de la maquetación y diseño del periódico de la 26 División (la extinta Columna Durruti). Tras la guerra, y tras pasar por distintos campos para refugiados en Francia, retornó a la Península con el ánimo de luchar contra el franquismo de manera clandestina, lo que conllevó su entrada en prisión en un par de ocasiones. Helios Gómez murió en 1956, con solo 50 años. 

Hoy en día, la obra de Helios Gómez goza de una extraordinaria vigencia. De hecho, ya son varias las monografías que profundizan en la vida y obra de este irrepetible artista. Nos alegramos de ello.

- Publicado originalmente en el número 7/10 de COTARRO.

miércoles, 15 de octubre de 2014

La fuga del penal de San Cristóbal

La fuga del penal de San Cristóbal quizá sea uno de los intentos de evasión de presos más masivo de la historia y a día de hoy es un episodio prácticamente desconocido de la Guerra Civil Española.

El penal de San Cristóbal es una impresionante fortaleza excavada en las tripas de un monte cercano a Pamplona. Durante la Guerra Civil, controlada toda Navarra por el ejército nacional, la prisión dio cabida a más de dos mil presos procedentes de la zona republicana, casi todos militantes de organizaciones de izquierda y libertarias. Las condiciones de salubridad eran penosas y la vida a la que eran sometidos los prisioneros era terrible. Precisamente por lo anterior, un grupo de prisioneros tramó minuciosamente un plan para orquestar una fuga masiva. Se cuenta que los presos utilizaron el idioma esperanto, habitual en los círculos anarquistas de la época, para poder comunicarse sin levantar sospechas.

Sin embargo, el plan no salió tan bien como cabría esperar… El 22 de mayo de 1938, a la hora de la cena, un grupo de reclusos desarmó rápido y de manera inteligente a varios guardianes. Poco después, la libertad de movimientos de un grupo mayor de presos, permitió liberar otras zonas del penal, poniendo finalmente en libertad a todos los reclusos. Desgraciadamente, un soldado que se dirigía al penal se dio cuenta de lo que estaba pasando y dio la voz de alarma. Al poco tiempo, varios camiones se apostaban en la puerta del penal e impedían la salida de más de mil quinientos presos. Eso suponía que más de setecientos presos debían ser cazados como ratas antes de que lograran escaparse y cruzar la frontera con Francia. A partir de entonces, se desencadenó una feroz cacería que causó la muerte de más de 200 presos y la detención de otros 500, que fueron tratados a partir de entonces con una dureza inimaginable. Solo tres presos lograrían escapar. Su historia, hace poco novelada, se desvanece con el paso del tiempo, tomando un cariz mítico que, pensamos, no les hace justicia.

- En el número 6/10 de COTARRO.

martes, 7 de octubre de 2014

Nuevo número, y ya van 8, de la revista Contrahistoria


Ya podemos disfrutar de un nuevo número de la revista Contrahistoria. Ya van ocho entregas de este voluntarioso proyecto; un proyecto que, desde su creación, se ha distinguido por su originalidad, seriedad y compromiso. En ese sentido, las páginas de esta revista están llenas de historias y argumentos incómodos para las historiografías académicas, apostando por un estilo divulgativo que, por un lado, pretende despertar la curiosidad del lector y, por otro, facilita una lectura crítica de los grandes relatos históricos aprendidos en los centros de enseñanza y las facultades de historia.

Desde aquí os volvemos a recomedar la lectura de Contrahistoria:

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Los bogomilos


Seamos o no seamos creyentes, la historia del cristianismo, si se conoce bien, resulta una historia interesante, llena de acción, oscuros manejos, romances y guerras santas (y algunas no tanto); un novelón. De hecho, una de sus líneas argumentales podríamos titularla Persecución y tiene que ver con las purgas internas dentro del seno de la cristiandad, la mayoría de ellas orquestadas desde el Vaticano. 

Una de esas sanguinarias persecuciones se llevó a cabo durante el siglo X, un siglo que la historiografía ha considerado crítico, ya no solo por el miedo generalizado al cambio de milenio, sino por la sensación de amenaza permanente experimentada por la Europa cristiana, amenaza por el al-Andalus islámico en el sur, por las tribus magiares en el este y por los pueblos normandos en el norte. Fue en este tiempo turbulento cuando, al este de Europa (sobre todo en Bulgaria), nació una corriente herética que se extendió como la pólvora. Nos referimos a los bogomilos. 

Los bogomilos heredaron algunas de sus creencias de una herejía anterior, la de los paulicianos. Como ellos, los bogomilos tenían una concepción negativa del mundo y de la creación misma. Pensaban que el Dios del Antiguo Testamento, el que supuestamente creó el mundo en siete días, era en realidad un ser maléfico. En otras palabras, creían que todo lo creado era malo y que la vida no se podía experimentar sino como una auténtica condena. En otro orden de cosas, negaban el origen divino de Jesucristo y la validez de los sacramentos. Vivían en comunidades aisladas que formaban en entornos montañosos. Su concepción negativa de la creación, les hacía renunciar a la procreación y reafirmarse en el celibato. Teniendo en cuenta esto, es fácil entender que prohibieran el matrimonio, que practicaran ritos de masturbación colectiva en la que desperdiciaban semen (una fuerza vital y, por lo tanto, maléfica) y que la gente los tomase por homosexuales convencidos. De hecho, la palabra bujarrón deriva de ellos (Wikipedia dixit). 

Como decíamos anteriormente, los bogomilos fueron cazados como ratas y casi exterminados por los ejércitos de los emperadores bizantinos. Sin embargo, su influencia en herejías posteriores, como la de los valdenses o los cátaros es innegable, lo que, hasta cierto punto, implica que su legado se mantuvo vivo mucho más tiempo, al menos hasta XIII. 

- En el número 2/10 de COTARRO.
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